Un futuro sin conductor amenaza las empresas de servicios financieros

¿Qué les pasará a las compañías de servicios financieros de las terminales automotrices cuando los autos se conduzcan solos y ya no sea interesante tener un vehículo?

Durante muchos años, los fabricantes de automóviles han invertido miles de millones de dólares para desarrollar y operar sus propias compañías de servicios financieros con el fin de hacer que sus vehículos sean asequibles para sus clientes. Las condiciones de leasing y financiación han sido, muy a menudo, más importantes que el precio del vehículo. Las terminales, los concesionarios y la empresa de servicios financieros han dominado cómo agrupar el precio del vehículo y la tasa de interés de la financiación para que la operación de compra sea más atractiva para los clientes.

Gracias a los servicios financieros, muchos clientes pudieron tener acceso a sus propios automóviles, camiones y autobuses. Y el acceso en este caso significa propiedad. El arrendamiento, o leasing, y la financiación son, de hecho, medios para facilitar la propiedad de un bien, en este caso, un vehículo.

Ahora estamos hablando de un futuro diferente en este mercado. Todos los fabricantes están desarrollando sus sistemas para automatizar completamente sus vehículos. Vehículos que pueden ir de origen a destino sin un ser humano sentado en el asiento del conductor. Este desarrollo ya ha estado allí por mucho tiempo. Comenzó, hace mucho, con el control de crucero. Más tarde, llegó el control de crucero inteligente, que permite a los automóviles reducir la velocidad según el tráfico. Los sistemas automatizados de estacionamiento también son un componente del desarrollo. Los autos que pueden estacionarse solos ya no son una novedad. Tampoco los autos que prestan más atención al tráfico que sus conductores. Esos autos pueden frenar en caso de necesidad y pueden mantenerse en el carril incluso si el conductor no está prestando atención al camino. Ahora viene el nivel de autonomía “sin ojos”. Eso significa que el conductor no tendrá que prestar atención a la carretera ni al tráfico. El vehículo se encargará automáticamente de esos “detalles”. Luego viene el nivel de autonomía “mental”. Ni siquiera será necesario pensar en el viaje a medida que se desarrolla. Simplemente programaremos el destino, nos sentaremos y leeremos un libro o jugaremos un videojuego.

No pasará mucho tiempo hasta que veamos en las calles los autos que se mueven sin gente adentro. Es justo imaginar que los automóviles estarán ampliamente disponibles como medio de transporte y, básicamente, como una mercancía. Hoy en día, las personas tienen la necesidad de comprar un automóvil y, además de la necesidad, hay un deseo. Uno quiere comprar cierto modelo porque es atractivo, es divertido conducirlo. Los clientes satisfacen su necesidad de tener un automóvil utilizando planes de arrendamiento y financiamiento para que su compra sea asequible. Pero, ¿qué pasa si las personas ya no tienen la necesidad de comprar un automóvil? Además, ¿qué pasa si el automóvil ya no es divertido de conducir porque se maneja solo? ¿Qué pasará con las compañías de servicios financieros automotrices cuando los clientes no tienen la necesidad de tener un automóvil ni quieren un automóvil que sea “divertido de conducir”? ¿Qué tipo de servicios financieros serán necesarios en el futuro cuando los automóviles que conducen solos estén ampliamente disponibles como medio de transporte y las personas no necesiten poseerlos?

Probablemente, las grandes compañías de servicios financieros propiedad de los fabricantes de automóviles tendrán que convertirse en grandes compañías de alquiler que serán propietarias de los vehículos, los tendrán a disposición de los clientes y cobrarán por el uso de ellos. Imagine un futuro cuando hace una señal a un automóvil, con su brazo o su teléfono celular, tal como lo hace con un taxi o un Uber hoy en día, especifique el destino deseado y el automóvil lo llevará allí. Al final del viaje, el automóvil cargará automáticamente a su tarjeta de crédito el monto adeudado. Probablemente el precio será por minuto o según la distancia. También podemos pensar en programas de kilometraje para aumentar la lealtad a una determinada flota de automóviles sin conductor. Bueno, alguien tendrá que tener esos autos, mantenerlos, optimizar sus rutas para que estén disponibles de inmediato cuando un cliente común los necesite.

Como una compañía de taxis pero sin conductores.

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